miércoles, 17 de marzo de 2010


Un poco de historia…la dictadura del 76

Como cada 24 de marzo, el pueblo argentino saldrá a las calles, al grito de nunca más, para recordar mantener presente la lucha de los 30000 compañeros detenidos-desaparecidos y otros cientos de caídos, tanto durante la dictadura como en el período de la lucha antigolpista previo.
A fines de los años 60 se sucedieron en el país grandes puebladas protagonizadas por obreros, estudiantes y demás sectores populares, que encontrarían su máxima expresión con el cordobazo, pueblada que terminaría con la dictadura de Onganía. El Cordobazo abrió un período de de auge de la lucha popular en la Argentina, período que cerrarían las clases dominantes con el golpe del 76 y con la dictadura posterior.
El golpe de estado fue alentado y llevado a cabo por los grandes terratenientes, el imperialismo y los sectores de la burguesía subordinados al mismo.

Durante los gobiernos de Perón y de Isabel los golpistas comenzaron a conspirar y a realizar provocaciones abiertas contra los sectores populares y antiimperialistas, utilizando las palancas del estado que se encontraban en sus manos, con el fin de preparar el terreno para el golpe. Durante ese período tenían el control del estado pero no el gobierno. Así, se abrió un período de lucha antigolpista donde fueron cientos lo asesinados por denunciarlo y enfrentarlo.
Finalmente en el año 76, la correlación de fuerzas favorecería a los golpistas, que lograron instaurar el gobierno de facto.
Los golpistas querían terminar con los intentos de desarrollo soberano que la Argentina llevaba a cabo. Por lo tanto, fue un golpe de estado que vino a “tirar las chimeneas”, o sea, que tuvo el claro objetivo de desindustrializar el país, y volver a la Argentina “próspera” previa a los años 30.
No fue solo eso sino que fundamentalmente vino a terminar con la organización y movilización de la clase obrera, con sus gremios y cuerpos de delegados, a los que las clases dominantes llamaban aterrorizadas “soviets de fábrica”. Así, llevó a fondo la implementación del terror fascista, torturando y asesinando a miles de obreros, estudiantes y demás luchadores.
La resistencia popular durante la dictadura fue tenaz. Las grandes luchas de todos los sectores patrióticos y democráticos contra la dictadura entreguista y antinacional comenzaron a marcar su fin. La lucha de las madres de plaza de mayo se convirtió en símbolo de la resistencia.

La dictadura dejó un país desindustrializado, con una gran parte del pueblo sumergida en la pobreza, una enorme deuda externa, y totalmente anexado y dependiente de los países imperialistas.
Hoy, a pesar del doble discurso kirchnerista, las empresas que prepararon y se beneficiaron con el golpe son las mismas que hoy se favorecen con la política de dólar alto y salarios de hambre del gobierno.
Es que el estado de la dictadura y sus instituciones quedaron intactas con la vuelta a la “democracia”. El gobierno alfonsinista negoció una salida “ordenada” con la dictadura, y mantuvo las políticas antipopulares de la misma, con el robo inflacionario de los salarios. Menem completaría las tareas que comenzó la dictadura, o sea, la desindustrialización y entrega del país.
La dictadura impuso un proyecto de país agroexportador y dependiente, proyecto que continuaron y profundizaron los sucesivos gobiernos hasta la actualidad.

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